domingo, 31 de octubre de 2010

La Vigilia

(Dirigida por Augusto Tamayo – Perú 2010)
Lo que hagas por otro que ese otro pueda hacer por sí mismo, lo hace inútil.
Haz lo que hay que hacer.
(Kant)

Hay luna llena en el cielo limeño, Edgardo (Gianfranco Brero) escribe en el teclado de la computadora unas líneas acerca de distintos temas acerca de la vida de los seres humanos. Llega a la conclusión que el amor es pragmático. Si el amor es práctico entonces llegamos a la conclusión que no hay sentimientos en ese amor, todo es interés puro. Las conclusiones de Edgardo no distan mucho de la realidad, al fin y al cabo hay tantos matrimonios por conveniencia, tantos divorcios, separaciones, nunca meditaron en qué era el amor, se dejaron llevar por sus emociones, sensaciones, apariencias o por el qué dirán si me ven con alguien regio o regia.

Edgardo lee con atención lo que ha escrito. De pronto se distrae porque escucha unos ruidos en el patio de su casa que da hacia la calle. Sale por la puerta, mira hacia un lado y otro, no encuentra nada, sólo a lo lejos en la calle una pareja devorándose intensamente junto a un poste. Vuelve a entrar a la casa, va a la cocina y se prepara unos tallarines en salsa roja. Se sirve una copa de vino también. Va a la sala, con su plato de tallarines y su copa de vino. Mete un CD de música clásica en el equipo de radio. Los cuadros que albergan su casa son de Caravaggio, ese pintor italiano de estilo atrevido que muestra a las personas en sus facetas más violentas, en su desnudez más absoluta, en su curiosidad más excitante, en su tristeza más marcada. Está tranquilo escuchando la música, deleitándose con el sabor de la bebida y escucha nuevos ruidos en el patio, busca una linterna, camina despacio, esta vez tiene que encontrar algo. Mira hacia el jardín y lo alumbra. Distingue el cuerpo de una mujer que tapa su rostro de costado, ella voltea, lo mira y se abalanza sobre él diciéndole lisuras y pateándolo por distintas partes del cuerpo. Resulta fácil llevarlo a Edgardo adentro de la casa donde la joven mujer le ata de las manos y le cierra la boca con una corbata.

La chica, de nombre Jessica (Stephanie Orúe), camina de un lado a otro. Dice que está jodida, que alguien la persigue, que la van a matar. Edgardo la observa, tiene el cuerpo quebrado, de tez trigueña, cabello lacio oscuro, manos con dedos largos, pechos con forma alimonada, como usa una minifalda pequeñísima se logra ver su calzón rojo, su boca es una invitación al pecado al igual que su cuello largo y sus orejas. Jessica se da cuenta que el viejo Edgardo la observa, ella se pone en guardia y le pregunta a él si le tiene miedo, él responde con la cabeza que no. Le aprieta los huevos y le dice que más le vale que si le tenga miedo a ella. Mira los cuadros y unas fotos de obras de Caravaggio. Jessica piensa que Edgardo o es un enfermo sexual o sencillamente está quemado del cerebro.

Jessica explora la casa mientras que Edgardo logra desatarse y quitarse de la boca la estúpida corbata. Golpea a Jessica y ahora ella es su secuestrada. Le hace preguntas a las que ella responde mentiras, la principal es quién es ella. Ella primero le responde que es terruca, él no le cree. Ella luego le dice que es puta, le mueve la lengua encima de sus labios, le abre las piernas para mostrarle su calzón rojo, lo mira como toda una puta, él una vez más no le cree. Ella dice que le llega al pincho lo que él piense. Ahora dice ser una secuestradora, él no le cree por tercera vez. Unos hombres llegan a la casa, Edgardo la esconde a Jessica. Están armados y buscan a Jessica, esta les ha robado algo. El líder dice que no va descansar hasta encontrar a tamaña pendeja. Edgardo descubre que Jessica es una vulgar ladrona medio putona secuestradora con ideas violentas que finge también ser loca. Le pregunta que ha robado para que la persigan tanto y ella no responde. Edgardo dice que va ir hasta el final porque ella lo ha metido en ese asunto. Ella accede a que Edgardo le ayude a encontrar lo que ella misma ha robado pero no se acuerda, según ella, donde se encuentra. Se inicia así una vigilia, un recorrido durante toda la noche entre dos generaciones distintas con sexos opuestos, una generación madura y una generación inmadura que vive la inmediatez sin pensar en el futuro. El final de la película nos muestra finalmente los frutos de vivir la vida a golpes y sin reservas, es decir sin pensar.

Tamayo en su tercera película de los últimos diez años nos muestra una fotografía de Lima excelente (Ojo con los planos de Lince, Plaza San Martín, Plaza Mayor, Rímac, Recinto Taurino de Acho, Morro Solar en Chorrillos, el camino Miraflorino, etc.). El acierto principal es contar con Gianfranco Brero como el actor sobre el que recae el peso de la película, sus gestos, su voz hacen creíbles lo que le está ocurriendo. La joven Stephanie Orúe lo acompaña con una actuación ligera al principio pero conforme avanza la película se muestra más madura, se compenetra con el personaje, lo interpreta mejor. Una cinta que nos muestra la vida como es aquí y allá, no hay nada nuevo bajo el sol ni la luna, todo se llega a saber o mejor dicho todo se sabe.

martes, 19 de octubre de 2010

Los Actores

(Dirigida por Omar Forero – Perú 2006)

Bueno, la vida para mi ya esta dada. He vivido tanto, conozco tanto sobre la vida que ahora lo que espero nada más es triunfar. Sacar adelante todos mis proyectos, todos mis sueños.


Ella y él son amigos. Se encuentran una tarde de verano y empiezan a conversar

Ella: Y ¿Qué tienes? Te veo pensativo. ¿En qué piensas? … o ¿En quién piensas?
Él: …. Nada …
Ella: Nada que me quieras contar?
Él: No …. Nada
Ella: En tu enamorada?
Él: No, no tengo enamorada.
Ella: Si…. claro.
Él suspira
Ella: Y ese suspiro ….Ya pues cuéntame ¿En qué piensas? ¿En quién piensas?
Él: ¿En quién? ¿Quieres que te diga?
Ella: Si
Él: Mmmmm …..no
Ella: Ya ves como eres
Él la mira con unos ojos de angurriento
Ella: ¿Por qué me miras?
Él: Por nada
Ella: ¿Por qué te me quedas mirando entonces?
Él: Por nada. Hmmmm… te digo que si la conoces, nada más.
Ella: Ah la persona …. Ya pues, dime.
Él: Estudia con nosotros, en el aula.
Ella: Una compañera
Él: Obviamente compañera, no compañero.
Ella: Ya pues, pero dime quién es. Quiero saber.
Él la sigue mirando con ojos de angurriento
Ella: ¿Qué me miras? Responde
Él: Tú
Ella asombrada
Ella: ¿Qué?
Él: Quien me gusta eres tú. Iba a decírtelo pero el momento se presento y ya. Este más bien a ti te gusta alguien?
Ella: Si, si me gusta alguien
Él: Quién?
Ella: No te lo puedo decir
Él: Si te incomoda … de repente me quito.
Ella toca la mano de él.
Ella: No … espera. La persona que me gusta eres tú, también.
Él: Yo
Ella: Si y ya me tengo que ir
Ella le da un beso en la mejilla y se va.
Él: Chau

Él y ella son jóvenes, estudian actuación en el mismo lugar. No sabemos nada de los padres del muchacho. De los padres de la muchacha, sabemos que la madre se dedica a la costura y que tiene unos dolores intensos en el estómago por consumir gaseosa con chizitos en una fiesta. De su padre sabemos que le gusta recitar poemas de Chejov en los colegios y en las plazas públicas. A la madre de la chica le parece odioso que su hija y su ex esposo se dediquen al teatro, es una profesión que no sirve para nada.

Él y ella se buscan por todos lados luego de la declaración de amor compartida. El día que se encuentran, se hacen bromas, chistes tontos, se miran, se tocan y él le da un beso en la mejilla a ella. Otro día se vuelven a encontrar en lo alto de una casa, es el primer beso, el segundo, el tercero y demás. Hablan de tonterías porque no se les ocurre otro tema. Por la noche se encuentran para seguir besándose. Su madre de ella sigue con dolores de estómago. Su padre recita en su casa a las moscas.

Él y ella se encuentran en la casa de ella y hacen el amor sobre un cubrecama verde ecológico. Ambos están felices. Hacen el amor en otros lados, les gusta eso de unir sus cuerpos. Un día la madre descubre a lo lejos que un chico sale de su casa y es despedido con un beso en la boca por su hija. Inmediatamente se dirige a la casa a llamarle la atención a su hija, lo que no sabe es que ella esta embarazada. Algo va pasar ahora con estos dos muchachos.

Los Actores es una cinta lenta, sin música, la pareja de jóvenes da vida a la cinta con su timidez inicial y su audacia posterior. Es interesante notar que hay una historia principal e historias añadidas para extender la cinta. Es de suponer que la historia del vigilante silencioso sólo enfatiza la lentitud con que se desarrollan los eventos de la pareja principal. Por otro lado se resalta el tema de la actuación y hasta es definida en palabras del padre de la muchacha. “El sentido de la vida consiste en el acto. O sea, una persona es un actor. Es un actor en la vida misma. Cada vez que se presenta es un nuevo trabajo, una nueva actuación”.

viernes, 8 de octubre de 2010

Octubre

(Dirigida por Daniel & Diego Vega – Perú 2010)

No se puede ser igual toda la vida


Se inicia el día y Clemente (Bruno Odar) aplasta con su tenedor el huevo fresco del desayuno. El chancay finge ser un pan y recibe a la yema y a la clara. Tras el desayuno, empieza la chamba del día a día, se dedica a hacer préstamos y ganarse con los intereses. En caso de que no le paguen, siempre solicita una garantía a sus clientes. Terminado el día de chamba tiene relaciones sexuales con una puta, no cualquiera, a él le gusta las que sean carnudas y es más, en la repetición está el gusto, siempre lo hace con la misma.

La soledad que abunda en su vida parece hacer que los días fueran iguales. Comer, trabajar y tirar. Su rostro expresa tanto una abundancia de falta de amor como un apetito increíble por el dinero. Clemente guarda su dinero en un lugar especial, el horneador de su cocina a gas. Si entra un ratero, en la vida se le va ocurrir buscar ahí los billetes y joyas de sus clientes.

Una noche que él regresa de tirar, se da con la puerta abierta de su casa. Busca una piedra, camina en la oscuridad, prende la luz. Va en busca de su tesoro y lo encuentra a salvo. Está tranquilo, cuando de pronto escucha de uno de los cuartos, un ruido como de la presencia de alguien. Agarra una cuchilla y va al cuarto, enciende la luz y encuentra una canasta que se mueve, dentro hay una bebé.

La vida le cambió en solo horas. Por la noche no puede dormir porque la niña llora. Cuando quiere ver televisión, la niña también llora. Al mirarse al espejo, Clemente solo encuentra ojeras. Él tiene que seguir trabajando, logra encontrar una ferviente devota del Señor de los Milagros para que le haga de nana por un tiempo.

Es el mes de Octubre, la gente viste de morado y cree que se le va hacer aunque sea un milagro. La nana, de nombre Sofía(Gabriela Velásquez), también es un ser solitario en busca de amor y felicidad. La bebé llena en parte ese vacío en su corazón llegando un punto en el que se encariña con la criatura, sin embargo eso puede ser peligroso teniendo un patrón como Clemente. Las cosas pueden empeorar si ella también llegara a interesarse platónicamente por este hombre, del cual la gente mal hablada dice que tiene hijos de putas.

La película de los Hermanos Vega nos propone una historia de seres solitarios en búsqueda de mucho amor. Inclusive el personaje del viejo cliente, amigo del prestamista, interpretado por Carlos Gassols vive aferrado a su vieja enamorada que más parece en estado vegetativo que viva. La actuación de Odar, Velásquez y Gassols es sobresaliente. Tener un buen equipo de actores permite que la historia fluya por si misma. Acertadas las locaciones escogidas en el Centro de Lima y alrededores. Una escena que siempre recordaré es la escena del calzón con agua, habían tres chicas en la fila de butacas posterior a la mía y emitían unos sonidos onomatopéyicos durante la proyección de dicha escena que me hacían pensar que ellas habían hecho lo mismo con algún pobre hombre.

Siete Semillas

(Dirigida por Daniel Rodríguez Risco – Perú 2016) Ignacio (Carlos Alcántara) es el gerente general de una de las mejores empresas t...